Magdalena
Carmen Frida Kahlo (Coyoacán, México, 1907 - id., 1954) fue una importante pintora mexicana.
Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo
y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal,
ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada
sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
A los dieciocho años Frida Kahlo
sufrió un gravísimo accidente cuando el autobús en que ella
viajaba fue arrollado por un tranvía, quedando aplastado contra un muro y
completamente destruido.
Este accidente la
obligó a una larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que
influyó con toda probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico
que se refleja en sus obras.
En 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego
Rivera. Su relación consistió en amor, aventuras con otras personas, vínculo
creativo, odio, un divorcio en 1939 y un
segundo matrimonio un año después.
Al
matrimonio lo llegaron a llamar la unión entre un elefante y una paloma, pues
Diego era enorme y obeso mientras que ella era pequeña y delgada. Por otra
parte, Frida, debido a sus lesiones, nunca llegó a tener hijos, cosa que tardó
muchos años en aceptar. Esto afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y
le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida
y el aborto, cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la
propia pintora. También son muy apreciados sus autorretratos, asimismo de
compleja interpretación: Autorretrato con monos o Las
dos Fridas.
En
1930, Frida estuvo embarazada por primera vez. Sin embargo, debido a la
posición anómala del feto y a las secuelas del accidente de 1925 en la pelvis
de Frida, el embarazo de tres meses debió ser interrumpido, según decidió el
médico, Dr. Jesús Marín. Por aquel entonces, también otros médicos opinaron que
probablemente Frida nunca podría tener hijos.
A
pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres (que llegaron a incluir a la
propia hermana de la pintora) y de las propias infidelidades de Frida la pareja
lograba complementarse en muchos aspectos.
Los trajes tradicionales mexicanos,
consistentes en largos vestidos de colores y joyería exótica, que vestía Frida
se convirtieron, junto a su semblante cejijunto, en su imagen de marca. Él
amaba su pintura y fue también su mayor admirador. Frida, por su parte, fue la
mayor crítica de Diego.
Cuando André Breton conoció
la obra de Frida Kahlo, afirmó que la mexicana era una surrealista espontánea y
la invitó a exponer en Nueva York y París, ciudad esta última en la que no tuvo
una gran acogida. Frida nunca se sintió cerca del surrealismo, y al final de
sus días rechazó abiertamente que su creación artística fuera encuadrada en esa
tendencia.
En su
búsqueda de las raíces estéticas de México, Frida Kahlo realizó espléndidos
retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la
conquista, pero son las telas que se centran en ella misma y en su azarosa vida
las que la han convertido en una figura destacada de la pintura mexicana del
siglo XX.
En 1953 en ciudad de México se organizó la
única exposición individual en su país durante la vida de la artista. En una de
las críticas se dijo: «es imposible separar la vida y obra de esta
persona...sus pinturas son su biografía». La exposición fue en la Galería de
Arte Contemporáneo. La salud de Frida estaba muy deteriorada y los médicos le
prohibieron concurrir a la misma. No obstante, llegó en una ambulancia,
asistiendo a su exposición en una cama de hospital. Los fotógrafos y los
periodistas se quedaron impresionados. La cama fue colocada en el centro de la
galería y Frida contó chistes, cantó y bebió la tarde entera. La exhibición
había sido un rotundo éxito.
Ese
mismo año le tuvieron que amputar la pierna por debajo de la rodilla debido a
una infección de gangrena.
Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un
par de ocasiones, utilizando para ello los opiáceos prescritos. Durante ese
tiempo, escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y
el sufrimiento.
Frida
Kahlo murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. No se realizó
ninguna autopsia. Sus restos fueron velados en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad
de México y se cubrió
su féretro con la bandera del Partido Comunista Mexicano, un hecho que
la prensa nacional criticó profusamente. Su cuerpo fue incinerado en el
Crematorio Civil de Dolores y sus cenizas se conservan en la Casa Azul de
Coyoacán, el lugar que también la vio nacer.
Su
último cuadro también se exhibe en el Museo Frida Kahlo. Se trata de un óleo
sobre masonita que muestra varios cortes de sandías en tonos muy vivos. En uno
de estos trozos y junto a su firma se puede leer «VIVA LA VIDA. Coyoacán, 1954,
México». Las últimas palabras en su diario fueron: "Espero alegre la
salida y espero no volver jamás".