Un 21,6% menos para la lucha contra la
violencia machista
El presupuesto para
igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres cae un 18%, frente al 13,7%
de recorte en todo el ministerio.
El recorte presupuestario se ceba con la igualdad y
con la lucha contra la violencia. Las políticas para favorecer la equiparación
de los sexos y prevenir las agresiones machistas sufren un recorte de fondos
superior al que padece el presupuesto total del ministerio del que dependen,
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. El departamento de Ana Mato tendrá para
este año un 13,7% menos, en total, 2.309 millones de euros, según el proyecto
de Presupuestos Generales para 2012 presentado ayer en el Congreso.
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad dedicará este año 23.905.940 euros a las actuaciones para la
prevención integral de las agresiones machistas, que canaliza la Delegación del
Gobierno creada ex profeso en la Ley contra la Violencia de Género de
2004. La cifra es un 21,6% inferior a la que figuraba en el proyecto de
presupuestos de 2011, elaborados por el Gobierno anterior. En total, 6,4
millones menos para este año. Sin embargo, este no es el único presupuesto para
la lucha contra la violencia machista, un terreno en el que también actúan
otros departamentos y las comunidades autónomas, por ejemplo en lo que se
refiere a los juzgados especializados.
El recorte
de la partida para prevenir las agresiones machistas es superior a que sufre la
dedicada a promoción de la igualdad de oportunidades. Las políticas de
equiparación de sexos contarán este año con 24.970.270 euros, un 18% menos que
en el el proyecto de presupuestos de 2011 (30,4 millones). Esto supone que se
destinarán 5,4 millones menos para estas acciones.
Información
obtenida del periódico EL PAÏS.
Solo el 28% de los altos
cargos nombrados son mujeres
El nuevo Ejecutivo
incumple la Ley de Igualdad en sus 300 designaciones
Foto de familia del presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, y sus ministros, en el palacio de La Moncloa, en
diciembre de 2011. / ULY MARTÍN
De la paridad en el Consejo de Ministros, a la escasez
incluso en sus nombramientos. El Gobierno de Mariano Rajoy, no paritario —una
vicepresidenta y tres ministras sobre un total de 13 carteras—, tampoco lo ha
sido a la hora de designar a los altos cargos. De los 308 nombramientos realizados
por el Gabinete en los primeros 100 días de mandato, el 71,8% corresponden a
hombres y el 28,2%, a mujeres, según el análisis realizado por EL PAÍS. Este
desequilibrio va en contra de los principios que consagra la Ley de Igualdad.
Solo dos departamentos han hecho designaciones equilibradas: Presidencia y
Sanidad. El Gobierno anterior llevó la paridad al Consejo de Ministros, pero
tampoco la impuso en los siguientes escalones de la Administración.
“El Gobierno atenderá al principio de presencia
equilibrada de mujeres y hombres en el nombramiento de las personas titulares
de los órganos directivos de la Administración General del Estado y de los
organismos públicos vinculados o dependientes de ella, considerados en su
conjunto, cuya designación le corresponda”. Este artículo, el 52 de la Ley de
Igualdad de 2007, es papel mojado salvo para los dos departamentos que han
respetado el principio de que ningún sexo tenga menos del 40% de
representación. Los dos están encabezados por mujeres: Presidencia —en manos de
Soraya Sáenz de Santamaría, también vicepresidenta— y Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad —en las de Ana Mato—.
Esas dos responsables han designado al mismo número de
mujeres que de hombres. “No nos hemos guiado por criterios de paridad, sino que
se ha buscado a las personas que se han considerado más adecuadas para cada
puesto”, explican en Sanidad. Recuerdan también que “el Gobierno no es
partidario de las cuotas”. El PP se ha opuesto a ellas con fuerza y ha
enfrentado los conceptos mérito y discriminación positiva —que respalda la
Constitución— para hacerlos excluyentes. En este departamento, que también se
encarga de la igualdad, evitan los comentarios sobre el total de designaciones
gubernamentales. En La Moncloa, en cambio, reconocen el desequilibrio. “Se ha
corregido en parte con el nombramiento de cargos de confianza de los ministros,
como los asesores [no constan en las referencias del consejo]”, asegura una
portavoz de la Secretaría de Estado de Comunicación. “El Gobierno tiene
voluntad de cumplir la ley [de Igualdad], pero en el bien entendido de que hay
que contar con los mejores y más adecuados para el cargo que se quiere cubrir”,
se limita a añadir.
“El que dos departamentos hayan sido paritarios es un
buen ejemplo, no una extravagancia. Demuestra que se puede aplicar la paridad”,
afirma Soledad Murillo, madre de la Ley de Igualdad en su etapa como
responsable de esta área en el Ministerio de Trabajo. “La presencia equilibrada
de mujeres y hombres en los altos cargos democratiza la estructura de decisión
y ayuda a que los temas que afectan en mayor medida a las mujeres no se caigan
de la agenda política”, añade.
§
La Ley de Igualdad dice que “el Gobierno atenderá al
principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en el nombramiento de
las personas titulares de los órganos directivos de la Administración General
del Estado y de los organismos públicos vinculados (...) cuya designación le
corresponda” (artículo 52). “Los poderes públicos procurarán atender al
principio de presencia equilibrada de mujeres y hombres en los nombramientos y
designaciones de los cargos de responsabilidad que les correspondan” (artículo
16).
§
Los Gobiernos de Zapatero fueron paritarios a nivel
de ministros; no en el segundo escalón. El Ejecutivo de Rajoy no lo es en
ningún aspecto.
§
Sanidad y Presidencia sí han hecho nombramientos paritarios.
El análisis de los más de 300 nombramientos incluidos
en las referencias de los 15 consejos de ministros celebrados hasta ahora por
el Gobierno del PP revela que tras la excepción de Presidencia y Sanidad, la
brecha se ahonda hasta rozar el abismo. El Departamento de Economía y
Competitividad es el que más se acerca a la paridad —37,5% de mujeres—. Le
siguen la Presidencia del Gobierno —34,7%, distinto del ministerio— y Hacienda
—31,2%—.
Los más rácanos al elegir mujeres para los altos
cargos han sido los ministerios de Defensa (12,5%), Exteriores (13%, el mayor
número de sus designaciones se refieren a embajadores), Industria (15,4%) y
Justicia y Fomento (20% cada uno). Todos ellos en manos de hombres excepto el
último, que dirige Ana Pastor. En el de Empleo, que dirige Fátima Báñez, la
paridad también brilla por su ausencia: 26,6%.
En el segundo escalón del Gobierno, el de los
secretarios de Estado —homologados como viceministros—, la paridad tampoco
existe. Pero no es nuevo. También los Gobiernos del PSOE situaron a hombres
mayoritariamente, pese a que Rodríguez Zapatero estrenó los Ejecutivos
paritarios. Llegó a haber un 31,2% de mujeres en este nivel, como máximo, pero
varios años estuvieron por debajo del 25%. El Ejecutivo del PP, que ha reducido
el número de ministerios y adelgazado su estructura, ha nombrado un total de 24
secretarios de Estado, de los que seis son mujeres. A esas dos docenas hay que
añadir al menos otros tres altos cargos de este rango. De ellos, dos son de
nuevo nombramiento: el presidente del Consejo Superior de Deportes y el
director del Gabinete de presidente del Gobierno. El tercero es el responsable
del Centro Nacional de Inteligencia
(Félix Sanz,
nombrado por el Gobierno de Zapatero). Así, ahora son mujeres el 22% de las
personas con rango de secretario de Estado. La paridad también queda lejos en
la designación de los delegados del Gobierno —responsables del orden público,
entre otras cosas—. De los 19 nombrados, seis son mujeres —31,5%—.
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