|
El Instituto Andaluz de la Mujer realiza, anualmente, la Campaña del Juego y el Juguete No Sexista y No Violento, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la necesidad de eliminar el contenido sexista y violento de muchos juegos y juguetes y contribuir así al desarrollo de actitudes y comportamientos de cooperación, respeto a las diferencias y relaciones de igualdad entre las niñas y los niños.
Orientada a la población en general y en particular a la comunidad educativa, trata de concienciar sobre la necesidad de iniciar a niños y niñas en valores igualitarios y cooperativos, a través de los juguetes y los juegos, considerados principales instrumentos de aprendizaje y socialización.
1. ¿Por qué forzar a las niñas a
jugar con juguetes (que tradicionalmente se consideran de niños y viceversa)
cuando espontáneamente no lo harían?
|
No se trata en ningún caso de imponer nada, ni de forzar a nada, ni a
nadie y tampoco de prohibir, en realidad el problema estriba en considerar
«espontáneo», «innato», «connatural» algo que es «aprendido», «educacional» y
«cultural». Nuestros niños/as imitan pautas de conductas observadas en los
mayores, asumen los roles vividos en sus casas; en el colegio, en la calle y
los reproducen fielmente. Del mismo modo interiorizan la valoración que estos
roles adquieren en la sociedad. Lo importante es ofrecerles nuevos patrones y
modelos de relación entre géneros.
No consiste tanto en que los niños deban jugar con muñecas y las niñas con coches, como en superar la dualidad tradicional «esto es de niños» y «esto es de niñas», y permitir que los juguetes sean empleados por ambos sexos indistintamente; de hecho, si observamos la realidad, aunque tantos niños como niñas juegan con muñecos, es una necesidad. El que unos muñecos sean para niñas y otros para niños es culpa nuestra. Sería conveniente fomentar el deseo en las/os menores de romper barreras o cotos privados así como la curiosidad por lo desconocido, lo nuevo, lo no experimentado y comprobar vivencialmente lo atractivo que pueden resultar estas nuevas actividades. |
2. ¿Qué pasa cuando a un niño que
intenta jugar a las casitas o a las muñecas le discriminan y le llaman nena?
|
Cuando a un niño lo llaman «nena» nos tenemos que preocupar por el valor
que tiene este insulto para él. Esta burla no tendrá tanta repercusión en un
niño que observa que sus modelos referenciales, personas que admira (padre,
hermano, un amigo, su profesor) realizan con gusto y satisfacción aquellas
actividades por las que a él le llaman nena. Aunque la existencia de estos
patrones es primordial, será necesario que además el niño tenga confianza en
sí mismo y que reforcemos su auto-aprecio, su autonomía, etc. No olvidemos que
la educación para una sociedad no-sexista exige una educación para la
resolución de conflictos y esto podrá realizarse de forma positiva, creativa
y constructiva en la medida que el niño tenga seguridad en sí mismo y en el
medio que le rodea.
Aunque los patrones de comportamiento se buscan en personas del mismo
sexo, esto no significa que educadores de otro sexo no puedan realizar una
discriminación positiva hacia actitudes y comportamientos tradicionalmente
clasificados como del «sexo contrario», así será muy valiosa su aportación
cuando resalten y ensalcen manifestaciones de ternura, de sensibilidad, de
tacto, de preocupación por los compañeros y compañeras, etc. por parte de los
niños. Fomentar nuevas capacidades psicológicas, manuales, físicas e intelectuales
no sólo favorecerá la convivencia entre sexos, sino que además enriquecerá a
las niñas y a los niños como personas.
|
3. Cambiar los juguetes antes de
que cambie la sociedad, ¿no es empezar la casa por el tejado?
|
4. Las
niñas al integrarse en los juegos de «sólo para chicos» se sienten en
inferioridad de condiciones: fuerza, agilidad... ¿no es esto más
contraproducente, sobre todo para la autoestima, que el simplemente no jugar?
|
No es cierto que las niñas sean menos ágiles que los niños y es muy
discutible que sean menos fuertes. Para saltar a la goma de hecho se
necesitan habilidades complejas y diversas, tanto o más que para jugar al
fútbol. Lo que sucede normalmente cuando una niña intenta jugar al fútbol por
primera vez es que argumentarán que juega mal porque «es niña», por el
contrario cuando un niño juega por primera vez, le dirán que es novato y
patoso; contra ésto podrá luchar e intentar superarse, contra «ser niña» no
se puede hacer nada, excepto ser conscientes de que eso no es ninguna
limitación real para realizar cualquier tipo de actividad, sino un
estereotipo cultural.
No debemos olvidar, no obstante, que si bien 'las niñas sufren las
consecuencias de unos estereotipos que acortan y limitan sus potencialidades,
los niños sufren las exigencias impuestas por la sociedad a los «machos», que
en muchas ocasiones pueden ser asfixiantes y originar complejos.
|
5. Puesto
que las niñas son las que generalmente se integran dentro de los juegos de
los niños y no tanto al contrario, ¿cómo lograr que aparezca interés por
parte de los niños hacia juegos considerados de niñas?
|
Es lógico que para las niñas sea más fácil ju_ gar a juego de «niños» que
al revés, ya que existe una actitud generalizada, inmersa en todos los
aspectos culturales y sociales, de desvalorizar aquellas tareas, valores y
capacidades asignadas a las mujeres. Tendremos que revisar nuestro papel como
educadores/as, los valores explícitos e implícitos, y desde un análisis crítico
trabajar para la consecución de un verdadero cambio de actitudes, No es el
mejor camino para lograr que los niños salten a la comba tener que decirles
que los boxeadores, para mantener su fuerza física, realizan este ejercicio
muy a menudo.
Aunque los mensajes de discriminación por sexo no dependen tan sólo de
nosotros/as (existe multitud de emisires a los cuales son sensibles: familia,
medios de comunicación, calle, escuela".) deberemos ir facilitando y
potenciando que los juguetes y juegos no reproduzcan roles tradicionales
discriminatorios y que puedan ser utilizados del mismo modo por niñas y
niños.
Que esta potenciación comience muy pronto, y que todas las personas que
intervienen en la educación de un niño/a sean coherentes con esto son las
claves del éxito.
|
4. ¿Negar a los niños y niñas pistolas y juguetes bélicos no les puede
frustrar y hacerles desearlos más?
|
¿Permitimos a nuestros hijos/as poner la mano en una estufa caliente o
les dejamos fumar o consumir cocaína porque diciéndoles que no, les haríamos
desearlos más? NO. Porque nuestro trabajo como padres/madres y profesores/as
es educar a nuestros niños/as en un espacio seguro, enseñándoles las normas
en que creemos. Si aquí entra restringir los juguetes y las series bélicas,
pues entra, simplemente decimos no y explicamos por qué. Sólo podemos desear
que entiendan las «normas» que les enseñamos. No necesitamos hacer un drama
sobre los juguetes bélicos que pueda convertirlos en un fruto prohibido.
Simplemente les hacemos saber cómo nos sentimos y por qué.
|
2. ¿Si las niñas y niños no tienen pistolas no harán pistolas con sus
dedos, palos, plátanos, etc.?
|
El mayor problema que tenemos al adquirir juguetes bélicos es que al
comprarlos les estamos diciendo a los niños/as que nos parece bien que
jueguen con ellos y por lo tanto que la guerra y la violencia nos parecen
bien como soluciones a los problemas. Que los niños/as utilicen sus dedos
como pistolas no quiere decir que haya que proporcionarles juguetes bélicos.
No deseamos que nuestros hijas/os hagan gestos que simbolicen pistolas, pero
no se lo impedimos a no ser que les lleve a pegarse.
|
3. ¿Los juguetes bélicos no proporcionan una catarsis para la agresividad
de los niños/as?
|
Dar a los niños/as juguetes bélicos no les elimina la violencia;
frecuentemente la crea o la aumenta. No hay que confundir violencia con
agresividad, con vitalidad. Necesitamos darles canales para expresar su
agresividad de formas útiles. Recomendamos a las personas que tienen niñas/os
que juegan con juguetes bélicos que hagan este experimento. Jugad con
vuestras niñas/os y sus amigos/as durante un rato con bloques, pelotas,
puzzles, pinturas, etc. Tras un rato introducid pistolas, transformables,
etc. y ved si cambian el juego y la conducta.
|
4. ¿Cómo canalizar la agresividad sin darles este tipo de salidas?
|
Hay muchas formas de permitir que un niño/a esté furioso o utilice su
agresividad sin hacer daño o imaginar que hace daño a otros. Creemos que la
mejor forma es construir la autoestima del niño/a y felicitarle por la
conducta positiva, yendo a las raíces de sus problemas e intentándole ayudar
a utilizar el lenguaje, a cooperar y a desarrollar formas creativas de
resolver los conflictos. Junto a esto, el juego físico ayuda a reducir la
agresividad violenta y la tensión.
Hay bastantes libros que analizan estos problemas. Es importante
comprender las etapas del desarrollo infantil para ayudarles a comprender su
propia angustia y los cambios debidos al crecimiento.
|
5. ¿Cómo puedo ayudar a mi niña o niño a vencer las presiones de sus
amigos/as para tener juguetes bélicos y ver series violentas?
|
Hay mucha presión de los compañeros/as para tener montones de juguetes.
Es importante ayudar a los niños/as a tener un sentimiento de autovaloración
como cimiento de su personalidad. Proporcionarles juguetes y experiencias
alternativas que puedan compartir con sus amigas/os. y sobre todo hablar con
ellos/as sobre sus sentimientos y los tuyos. Deberían comprender por qué no
tienen ciertas cosas y que tener cosas no es una buena base para la amistad o
la popularidad. Enséñales a pensar por sí mismos y comparte con ellos/as
ejemplos de personas que han hecho esto a lo largo de la historia.
No es sólo la presión de los amigos/as, también está la presión de los publicistas. Puedes utilizar esto como una oportunidad para una lección de economía. Tus hijos/as deberían saber que la primera preocupación de los fabricantes de juguetes es el beneficio económico, no hacer buenos juguetes. |