María
Zambrano Alarcón nació el 22 de abril de 1904 en la localidad malagueña de
Vélez - Málaga. María era la primogénita de Blas Zambrano y Araceli Alarcón,
ambos dedicados a la enseñanza. Después de vivir un año en Madrid, María y su
familia se trasladaron a Segovia en 1909 donde su padre había conseguido una
cátedra de gramática en la escuela de maestros de la ciudad. Fue en su ciudad
de adopción donde conoció a Antonio Machado, amigo personal de su padre con el
que pasaba largas veladas.
María
empezó sus estudios de bachillerato en 1913 en el Instituto de Segovia. Cuando
terminó esta etapa educativa, la joven decidió trasladarse a Madrid en 1921
para matricularse por libre en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Madrid. Empezaba entonces una vida intelectual que la llevaría a
conocer a grandes nombres como Ortega y Gasset, Luis Cernuda o Camilo José
Cela. Mientras preparaba su tesis doctoral, La salvación del individuo en
Spinoza, María fue trabajando como profesora en la Universidad Central y el
Instituto Cervantes. Trabajadora incansable y cercana a los movimientos afines
a las ideas republicanas, María empezó a escribir artículos en distintas
revistas en 1928. Dos años después se publicaba su primer libro, Horizonte del liberalismo.
Se casaba el 14 de septiembre de 1936 con el historiador Alfonso
Rodríguez Aldave. Poco después de contraer matrimonio, la pareja se marchó a
vivir a Chile donde Alfonso había sido designado secretario de la embajada de
España. Pero su estancia en Chile duró tan sólo un año.
En 1937,
María y Alfonso regresaron a España para ayudar a los republicanos que luchaban
en la Guerra Civil. Nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la
Infancia Evacuada, María luchó por ayudar en todo lo que pudo hasta que inició
su largo camino hacia un exilio que la llevarían a vivir en Europa y América.
Desde 1939 hasta 1984, María Zambrano vivió en Francia, Italia, Cuba, Puerto
Rico, dedicada a la escritura de su amplia obra y a dar cursos y
conferencias.
Durante
aquellos años escribió obras importantes como Los intelectuales en el drama de
España, Filosofía y poesía, La
confesión o Hacia un saber del alma. Su
trabajo literario y filosófico continuó con El hombre y lo divino y Claros del
bosque. María Zambrano de dejó nunca de escribir. Sus últimas obras fueron De la Aurora, Notas de un
método o Los Bienaventurados.
La
extensa obra de María Zambrano fue reconocida con muchos galardones, entre los
que destacan el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades
otorgado en 1981 o el premio Cervantes concedido siete años después.
María fallecía en Madrid el 6 de febrero de 1991. Sus restos mortales
descansan en su ciudad natal.
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